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Toques de Campana

Variedad y compeljidad

Los toques de campana han sido durante siglos la manera más eficaz de articular la vida de cualquier pueblo. En Castresana tenemos referencia oral de por lo menos ocho toques diferentes de campana, de los cuales tan sólo tres se siguen realizando en la actualidad: el toque de Fiesta (ahora sin volteo), el toque a Concejo, el toque a Misa.

Es muy difícil establecer una separación entre lo que eran los toques religiosos y los toques civiles, ya que antiguamente en la sociedad tradicional ambos estaban muy interrelacionados. El toque de Oración marcaba a su vez las partes de la jornada, los toques de los días de fiesta anunciaban también el descanso semanal y el transcurrir del tiempo durante el año...

Cada "tipo" de toque transmite una información específica. Un día normal en Castresana las campanas sonaban más de una vez a lo largo del día. El resumen de estos “toques” es el que sigue:

Oraciones: primer toque de la mañana con el que se “echaba” a pastar a los bueyes. Se tocaba todos los días del año: al amanecer (según la época del año, la hora variaba), al mediodía (cuando el sol estaba en su punto más alto), que solía coincidir con la salida de la escuela, y al anochecer. Seguido del toque de oración de la mañana iba otro con el que se echaban las yeguas. Las vacas y las ovejas se echaban a toque de corneta ya que las llamaba el pastor.

A Misa: llamada que hacía el cura para la misa diaria. Solía ser antes de la entrada a la escuela para que el monaguillo pudiera asistir. Se tocaba primero media hora antes y después a la hora de entrar.

Al rosario: por la tarde durante todo el mes de mayo, la cuaresma y en la novena de octubre. Solían ser veinte campanadas seguidas.

Con independencia de los toques diarios relatados había otros, muchos de ellos también en desuso:

Tente nube: se tocaba a la hora de comer de la cruz de mayo a la cruz de septiembre (del 3 de mayo al 13 de septiembre). Hay una canción plegaria, que se cantaba acompañada de este toque de campana y era una especie de conjuro para alejar la tormenta:

Tente nube, tente nu

Que Dios puede más que tú

Si eres agua, ven p’acá

Si eres piedra, vete allá

siete leguas de mi pueblo

y otras tantas más allá.

Tente nube, tente nu

Que Dios puede más que tú

Tente nublo redoblado

Que Dios puede más que el diablo

Tente nube, tente en ti

Dios lo quiere y manda así.

Tente nublo, tente nu,

que Dios puede más que tú.

Que el mar es de agua bendita

y el aparejo una cruz.

Detente, nube maldita,

que Dios puede más que tú.

A difuntos: Toque combinado de las dos campanas para anunciar la muerte de un vecino. Se realizaba en el mismo momento en el que se comunicaba el fallecimiento, y después al mediodía y/o al atardecer, tras el toque de oración, según la hora en que se hubiese producido. Al día siguiente, lo mismo, tras los toques de oración hasta el momento del entierro. Se iniciaba cuando el párroco iba a la casa del difunto y se continuaba cuando se llevaba al difunto desde su casa a la iglesia y tras la misa, durante el recorrido de la iglesia al cementerio. Se podía distinguir si el fallecido era hombre o mujer, se cambiaba el toque con una campana u otra.

A fuego, Alarma: En tiempos pasados no era raro que se produjese el incendio de algún pajar, casa o campo. Con una velocidad acelerada y mantenida, este toque -insistente donde los haya- convocaba al vecindario como motivo de la declaración de fuego en algún lugar del pueblo. El toque era muy rápido y violento con las dos campanas. A este sonido los vecinos salían a toda prisa, sin tener en cuenta ni la época del año, ni el tiempo, ni la hora del día o la noche.

A Concejo: Cuando el regido (alcalde pedaneo) así lo estima necesario. Es un toque continuo pero decadente en tiempo entre campanadas, con mayor a menor espacio de espera entre ellas, que se repite tres veces.

A Fiesta: se tocan para anunciar el día de la fiesta grande.

Volteo: hoy imposible ya que los yugos no lo soportan. En la fiesta grande.

En Semana Santa las campanas enmudecen desde el Gloria del Jueves Santo hasta el Gloria de la misa de Resurrección. Durante éstos días se tocaban las carracas con un sonido ronco se llamaba a los oficios.

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