Usos y Costumbres

La Junta Vecinal o Concejo

El concejo se celebra cuando el “regidor” (alcalde pedaneo actualmente) lo cree oportuno, bien para dar "las cuentas" del pueblo, hacer alguna obra, o tomar alguna decisión importante, concerniente a todos o a la mayoría de los vecinos. El aviso se hace mediante un toque especial de campana, (Ver Toques de Campana) que todos los vecinos reconocen. Después de una espera prudente aproximadamente de media hora para dar tiempo a los vecinos a acudir al lugar, y una vez reunidos los vecinos cabezas de familia, el regidor tomando y haciendo uso de la palabra, ruega silencio y atención a los allí presentes, dándoles a conocer el o los motivos de la reunión. Una vez concluida la exposición “del orden del día”, se pasa a la intervención de los allí presentes, por orden y previo permiso de la autoridad, que es el propio regidor. Una vez acabadas las intervenciones, se deciden las medidas a tomar, y se disuelve la convocatoria.

La "Suerte" de leña

En el pueblo nunca ha faltado la leña, bajada siempre de las laderas del monte. Una vez al año se marcan los árboles a cortar y se estipula el reparto de los mismos a cada casa en función del número de personas, con la condición de ser vecino. Hubo un tiempo que no fue necesario el regular la tala ni el traslado de la leña, pues se regia por la costumbre que todo el mundo entendía “como ley”. A pesar de ello en el año 1488 se localiza una carta a los concejos de Villaventín y otros del valle de Losa, para que no entren en los montes de Castresana a cortar, talar, ni rozar. Actualmente existe una ordenanza publicada en el Boletín de la Junta de Castilla y León desde el año 1999 que regula lo que popularmente se denomina como “suerte de leña”.

La Hornacina de Santa Lucia – “Capilla Portátil”

Una de las costumbres y tradiciones más antiguas, que se sigue manteniendo en estos días. Data como mínimo de finales del siglo XVII, y de esta época son las hornacinas más antiguas. La imagen de Santa Lucía está introducida en un pequeño cobijo de madera u hornacina, a modo de pequeña capilla que recorre el pueblo de casa en casa. Habitualmente está un día en cada y al atardecer se lleva a la casa que por orden le corresponde, duerme una noche y pasa a la casa siguiente y así sucesivamente. Cada casa suele dar una limosna en la base que tiene para tal fin y/o encender una lamparita. Actualmente es poca la gente que es celadora de de “La Santa”, pues muchas de las casas no están habitadas todo el año. Antes faltaban días de mes para llevar la imagen a casa, hoy sobran días. Cuando llega el invierno, cada casa la mantiene los días que quiere.

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El Corral de Concejo

Como su propio nombre indica era un corral del pueblo donde se prendaba el ganado, bien fueran yeguas, vacas, ovejas …. y se creo como consecuencia de la norma relativa a que cada pueblo aprovechara exclusivamente los pastos correspondientes a su término. Cada vez que el ganado ajeno al pueblo era encontrado pastando ilegalmente, o se encontraba perdido o bien había entrado en el páramo, se le conducía hasta el Corral de Concejo donde permanecían los animales abastecidos de agua. Sus propietarios eran avisados, pasaban a recogerlos y pagaban la prenda (multa) y los daños causados. Pagada la prenda se le entregaba a sus dueños. El Corral de Concejo se encontraba en la parte alta del pueblo junto donde todavía hoy se puede ver el antiguo arco romano, actualmente no queda de él más que el lugar donde se hallaba

Las Barreras del pueblo

Más comúnmente conocidas como “carras”, aunque no todas lo eran. Un pueblo que fue ganadero como este, tenía sus infraestructuras para el ganado no saldría de mismo. Estas barreras eran:

Había una costumbre asociada a las barreras que es importante reseñar; esta era el hecho de que, una mujer que hubiera tenido un hijo no podía salir de las barreras del pueblo mientras no le hubiera bautizado.

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© Castresana de Losa 2008