Castresana de Losa
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Tradiciones de Castresana
El Día de Reyes, Era y sigue siendo habitual que en la mañana del día de Reyes los niños del pueblo recorran todas las casas para recoger su aguinaldo compuesto habitualmente de chuches, caramelos y alguna que otra propina.
El Corpus: "Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol Jueves Santo, Corpus Cristi y el día de la Ascensión". El día del Corpus era y es uno de los días más tradicionales. Las mujeres recogen flores y confeccionan un altar en la puerta de lo que era la escuela. Manteles y sabanas blancas, alfombra, el cristo y todas las flores adornan el altar. Una ubicación anterior de este altar era en la puerta del antiguo centro de reunión popular, lo que se conoce como la casa de Arturo. Algunos mayores todavía hoy recuerdan que desde que se preparaba el altar hasta que finalizaba la procesión y misa, tenían que "hacer guardia" cuidandolo para que ningún animal, sobre todo las vacas que pudieran campar a sus anchas, echaran abajo todo el trabajo.
La procesión del Corpus es una de las procesiones que aún se celebra en el pueblo y es alrededor de la iglesia. En cabeza el pendón, seguido por la cruz y los faroles, el estandarte, el palio y la santa custodia portada por el cura, el grupo de canto y el resto del pueblo. Hoy en día, tal y cómo hemos relatado, sólo se coloca un altar en la puerta de antigua escuela, donde el cura hace un alto y reza unas plegarias u oraciones. El palio es portado por tradición siempre por los hombres.
Santa Águeda La festividad de Santa Águeda se celebraba todos los años de manera muy especial sobre todo por los mozos del pueblo.
Todo comenzaba la víspera, el día 4 de febrero, los mozos pasaban toda la noche, o por lo menos lo intentaban, volteando continuamente las campanas de la iglesia, turnándose las veces que fueran necesario y según las posibilidades y las fuerzas de cada uno, pero intentado que todos colaboraran en ello.
Ya por la mañana del día 5, y casi todos sin dormir, salían los mozos a cantar, algunas veces con las calles cubiertas de nieve, a pedir por cada una de las casas habitadas, sonrientes y muy contentos, donde los dueños obsequiaban con diversidad de alimentos, tales como chorizo, morcilla, huevos, etc,. En cada casa era obligatorio cantar canciones apropiadas a la festividad.
Una vez terminada la petición, en la tarde de ese mismo día se procede a invitar a las mozas y todos juntos en unión, organizan la cena oportuna con los productos recaudados.
Los tratos casi siempre de palabra, sellados con un apretón de manos, pero tan formales como ante un notario. Permitían tanto la cesión de fincas como de ganado con condiciones negociadas. Era habitual por ejemplo “te presto esa finca si durante tres años me siembras las patatas” o “te dejo la vaca para que tengas leche pero los terneros son míos”.
Los componedores, eran los encargados de arreglar las cazuelas, calderos y todo tipo de cacharros que se hubieran estropeado o agujereado, bien con un parche o cambiando todo el “culo” del elemento en cuestión. Otra labor que desempeñaban era la de arreglar los paraguas. Eran ambulantes, venían de pueblo en pueblo sin tener un lugar de residencia fijo. Se quedaban en cada pueblo el tiempo necesario para reparar todo lo que los vecinos traían. Habitualmente desempeñaban su función en el Potro de Herrar. Hay que tener en cuenta que el Potro no ha estado siempre donde está ahora, hubo uno más antiguo situado en la antigua ermita, mucho más cobijado que el actual, sobre todo teniendo en cuenta que el Potro era “su hogar” los días que se quedaban en el pueblo.
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© Castresana de Losa 2008